Victimización secundaria
Hoy me apetecía hablaros de la victimización secundaria, ya que hace unos días se terminaba el calvario para una chica (que seguro que tod@s habéis oído hablar de ella) que fue agredida por un grupo de chicos, a los que les gusta o gustaba llamarse manada.... ¿Manada? Pues sí, manada cómo habéis querido definiros porque manada, según la RAE, es un grupo pequeño de ganado. Vosotros sois manada, vosotros sois ganado... No nosotras, nosotras no somos un grupo pequeño, nosotras no somos ganado... Y creo que la sociedad se ha dado cuenta, con las mujeres no se juega, con las mujeres no se mercadea. Hecha esta aclaración, que me parecía necesaria, prosigo con lo importante, de lo que realmente quiero hablaros, la victimización secundaria, "eso" que nadie cuida y nadie tiene en cuenta.
El hecho de sufrir una agresión conlleva ciertos sentimientos y emociones, sin embargo, lo peor viene después de esa agresión. No es el hecho en sí, sino el sentir que te juzgan, el tener que explicar y re explicar lo ocurrido, a policías, jueces, abogados, asociaciones y sociedad. A que cada persona se sienta con potestad y autoridad para juzgar la ropa que llevabas, si habías bebido, si ibas sola, si era tarde, si eran conocidos o desconocidos... Esto es la victimización secundaria, un daño adicional a los daños derivados del delito que se juzga.
Pues no, una agresión es una agresión lleves la ropa que lleves y se dé en las condiciones que se dé. Un no es un no, no es un sí a medias y nadie tiene derecho a hacer lo que le venga en gana cuando le dé la real gana. Así no funcionan las cosas. Una mujer debe sentirse segura ante cualquier circunstancia. Y, por tanto, me alegra que salgan a la luz sentencias que den la razón a la sociedad, que aquellos que se creen que son intocables y que pueden hacer lo que les dé la gana sepan que la sociedad no respalda, no justifica y condena actos en contra de la integridad física y psíquica de las mujeres.
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