El poder del abrazo
Justo hace un año nuestro mundo se paraba y cambiaba para siempre... Cambiaba la manera en la que damos y recibimos afectos. Esta necesidad, según la Pirámide de Maslow, se encuentra en un nivel intermedio, cuando ya se han satisfecho las necesidades fisiológicas y de seguridad. Según esta teoría, a medida que el ser humano va satisfaciendo necesidades, van surgiendo otras nuevas. Por este motivo, es tan importante satisfacer bien la siguiente necesidad, la de filiación, dónde se encuentran los afectos, la intimidad sexual y la amistad. Todo esto se ha visto afectado de alguna manera a lo largo de este año, y ha provocado en muchos de nosotros y nosotras desajuste emocionales, por lo que hemos tenido que modificar en muchos casos la manera que tenemos de expresar dichos sentimientos. Sin embargo, quiero centrarme en el abrazo.
El abrazo es una de las necesidades humanas más importante. Hoy más que nunca ponemos en alza su valor. Todos y todas hemos tenido que modificar nuestra forma de saludar o expresar amor. Hace más de un año, apenas dábamos valor a este acto, era algo rutinario, que hacíamos de manera inconsciente y sin darle importancia. Según Ann Hook, existe más poder en un abrazo fuerte, que en mil palabras bien articuladas. El abrazo es la primera forma de comunicación no verbal que empleamos con un recién nacido, junto con los besos. Y, a pesar de que ahora no se pueda, hay que fomentar el abrazo entre convivientes... Y los que no convivimos... Pues ¡a veces se escapa un achuchón! Teniendo en cuenta la Teoría del Apego de Bowlby, abrazando a nuestros peques fortalecemos el vínculo y el apego sano y seguro, fomentando la curiosidad y la necesidad de exploración del mundo que les rodea.
En cuanto al abrazo de un adulto, provoca en quién lo recibe seguridad y confianza, reducción del estrés, relaja los músculos, alivia la ansiedad, aleja la soledad y disminuye nuestros miedos. En definitiva, nos hace sentir bien al estimular todos nuestros sentidos. Un abrazo libera endorfinas en nuestro cerebro y tiene un gran poder de curación y sanación. Abrazar es acariciar el alma de la otra persona, es decirlo todo sin emplear las palabras, es conectar con la otra persona y transmitirle que todo va a salir bien, que todo pasa y que no hay que temer a lo que está por venir. Un abrazo fuerte simboliza un apoyo de forma incondicional, muestra seguridad y una gran protección.
En definitiva, un abrazo es mágico. Hagamos magia con él y no olvidemos cual es su función y su importancia. Ya queda menos para que los abrazos virtuales se conviertan en reales y podamos sentir su poder... Y mientras esto ocurre, no dejéis de imaginar ese momento, si puedes visualizarlo, puedes sentirlo.
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