Arcoiris
El arcoiris es un fenómeno maravilloso, que suele aparecer después de un período de lluvia. Es como un símbolo de calma después de la tormenta. Así eres tú, mi calma.
No fuiste el primero que tuve en mi vientre pero si el primero entre mis brazos. Te quise incluso desde antes de ver tu cara, tus ojos, tu sonrisa... Llegaste como el esperado arcoiris después de un día de lluvia, para transformar mi mundo y darme cuenta que siempre habría alguien más importante que yo, que mi individualidad pasaba en ese momento a ser una dualidad buscada y esperada.
Los bebés arcoiris son aquellos que llegan después de un embarazo que no llega a término o que pierde al bebé poco después del parto. No vienen al mundo para sustituir al herman@ anterior, sino para llenarlo de esperanza, luz y color.
Se suele decir, que se quiere a todos los hij@s por igual, que se les cría y educa de la misma manera, pero esto no es del todo cierto. Si es verdad, que, qué dedo me corto que no me duela. Eso ocurre con los hijos, pero el primero que nace es el primero para todo, para lo bueno y para lo malo. Con el primero aprendes de tus aciertos y de tus fallos, te preocupas en exceso, tienes más paciencia y menos experiencia. Con el siguiente intentas criar y educar de manera similar, pero las circunstancias no son las mismas, ya no eres la misma persona que coge entre sus brazos a una criatura por primera vez que la amamanta y se desvela... Ya tienes una experiencia previa que sirve de base, aunque esto no significa que no te preocupes ni desveles por su bienestar. Pero no podemos negar, que el primero que nace, pace.
Y tu, vida mía, eres el primero para todo. Que si te quiero más me muero y que todo lo que pueda evitarte de sufrimiento, siempre que esté dentro de mis posibilidades, lo haré, aunque me cueste la misma vida. ¿Mami, tú me quieres? Y aún lo dudas...
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