Estrés postraumático


Esta entrada quizás sea más personal pero quiero contar la primera vez que oí hablar del estrés postraumático. Nunca se me olvidará ese día... Era 11 de marzo de 2004, estaba yo en 2° de carrera, realizando, curiosamente, un curso sobre intervención en crisis. Ese día nos levantamos como otro día cualquiera, desayunas, te arreglas y subes a la facultad. Sin embargo, el ambiente se notaba algo raro (entonces las redes sociales no funcionaban como ahora). Conforme avanzaba en el camino se iban escuchando comentarios de la gente, palabras como atentado ... Madrid... Atocha... Muchos muertos ... Muchos heridos... Y llegas a la facultad, muy pocos profesores y solo una nota: "Quedan suspendidos los cursos de hoy". Y entonces comienzas a ser consciente de lo ocurrido, un gran atentado en cuatro trenes en Madrid, aún no se conoce el grupo terrorista que está detrás de esta masacre. Y una sola respuesta unánime por parte de estudiantes y profesionales de la psicología. Nos vamos a Madrid, nos vamos a ayudar a las víctimas y familiares. Fueron muchos, muchísimos los estudiantes de psicología y psicólogos que se ofrecieron como voluntarios para apoyar y consolar. En mi mente solo había una preocupación, los mayores. ¿Cómo iban a afrontar esta situación nuestros mayores después de haber pasado por una guerra civil? Debíamos proteger a nuestros mayores para evitar situaciones de estrés postraumático.
El estrés postraumático es un trastorno emocional, provocado por la exposición a una situación de extrema ansiedad como guerras, accidentes, violación, secuestros, catástrofes naturales... La vivencia de esta experiencia traumática sacude la base sobre la que las personas construyen su mundo, lo que consideran que es seguro, en lo que pueden confiar y en lo que no. Sin embargo, no todas las personas reaccionan de igual manera ante estas experiencias. La mayoría entran en estado de shock, que puede durar varios minutos y los síntomas desaparecen a los pocos días, mientras en otras personas los síntomas duran semanas. Como respuesta a ese trauma, las personas pueden experimentar cambios de comportamientos, pensamientos y sentimientos al enfrentarte a situaciones similares a las que dieron lugar al acontecimiento e imágenes claras y nítidas sobre el suceso, tales como pesadillas que se traducen en trastornos del sueño, irritabilidad, inquietud, problemas de concentración, depresión, desesperanza, apatía, aislamiento por pensar que el mundo es un lugar peligroso y no puedes confiar en nadie.
Si hago uso de memoria, no es la única experiencia traumática que he vivido, pues recuerdo claramente otro secuestro que mantuvo en vilo a toda la sociedad española, que se unió como nunca ante el secuestro de Miguel Ángel Blanco aquel 10 de julio de 1997. Posteriormente han tenido lugar también situaciones estresantes, pero la que más ha marcado mi trayectoria fue ese 11M.
Actualmente estamos sumergidos en una gran crisis sanitaria que nos ha obligado a mantenernos confinados en nuestras casas, con el pánico de contagiarnos de un gran virus que se expande rápidamente por nuestro país. Unas personas más que otras, por motivos evidentes, salen a la calle con miedo a cumplir con sus obligaciones y regresan a casa con el temor de haberse contagiado o de contagiar a sus seres queridos, algunos de ellos pertenecientes a los grupos de riesgo.
¿Y si como fruto de esta situación que estamos viviendo nuestro comportamiento, nuestros sentimientos y pensamientos cambian?, ¿y si esta situación provoca en nosotros trastornos emocionales como el trastorno de estrés postraumático descrito, ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo? Quizás hubiera sido mejor prevenir que intervenir. Quizás entonces los psicólogos y las psicólogas estemos ahí para ayudar y apoyar. Quizás entonces la sociedad valore tanto la figura del psicólogo como se valora la figura del médico, enfermero o auxiliar. Quizás... Sólo quizás...

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡Viva España!

Confía

Pensamientos