Vuelta a la rutina

Después de terminar las fiestas y este período de vacaciones o descanso, volvemos a la rutina. Esas pequeñas cosas del día a día, que, sin duda, nos hacen la vida más fácil.
La rutina es una costumbre o hábito que se adquiere al repetir una lista de tareas o actividades muchas veces. Esto puede provocarnos sensación de no vivir el momento, de no estar disfrutando de las pequeñas cosas del día a día, lo que nos hace quejarnos por tener que levantarnos temprano todos los días, ir a trabajar, lleva a los peques al cole, actividades, y demás tareas del día a día. Sin embargo, desde un punto de vista psicológico, las rutinas nos ayudan a mantener un buen nivel de tranquilidad y predice los acontecimientos de nuestro día a día. No tener rutinas puede volvernos locos, ya que necesitamos un sobre esfuerzo y una atención continua para llevar a cabo nuestras tareas.
Las rutinas son amadas por los más pequeños de la casa y romper con ellas puede provocar en ellos malas conductas, nerviosismo, inquietud, problemas de sueño... De igual manera, los adultos también sufrimos las consecuencias de romper con la rutina, puesto que nuestro cuerpo es rutinario, y ésta falta de rutina puede provocarnos alteraciones intestinales, problemas de sueño, inquietud...
No obstante, debemos recordar que cualquier extremo es patológico, y tanto el exceso como el defecto de las rutinas pueden producir problemas psicológicos. Debemos estar pendientes de las señales que nos manda el cuerpo para, a veces, intentar salir de las rutinas y poner un puntito creativo a nuestras vidas. Porque la diferencia es lo que da alegría a nuestras vidas.
A seguir con nuestras rutinas y... Hasta que nos volvamos a leer.

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