¿Igualdad o equidad?
Partiendo de la premisa de que mujeres y hombres no somos iguales, yo me pregunto, ¿igualdad y equidad es lo mismo? Para mí, igualdad es tomar medidas teniendo en cuenta las condiciones de cada persona. Para que quede claro, os pongo un ejemplo: equidad es coger un trozo de tarta y partirla por la mitad, una parte para ti y la otra para mí, independientemente de que tú o yo comamos más o menos; igualdad es, teniendo en cuenta tus condiciones y las mías, repartimos el pastel.
Esto no quiere decir que no esté a favor de cualquier medida, ley o decreto que mejore la situación tanto de hombres como de mujeres, de su papel en la sociedad y de conciliación familiar y laboral, de la erradicación de los estereotipos de género, del techo de cristal y de cualquier situación que perjudique a una persona por el simple hecho de tener una condición sexual. Mismo trabajo, mismo salario, mismas oportunidades para promocionar.
Yo no quiero ser igual que un hombre, pero tampoco quiero que se me juzgue por ser mujer y madre. Yo no quiero ser igual que un hombre, quiero tener las mismas oportunidades que él. Las mujeres y los hombres deben tener los mismos derechos y las mismas obligaciones. Y, por supuesto, los niños y niñas deben ser educados en igualdad, la igualdad no conoce colores, géneros ni juegos o juguetes.
En cualquier caso, estamos en pleno Siglo XXI y nos queda mucho no, muchísimo camino por andar. Camino que no podemos ni debemos hacer solas, necesitamos que esto sea una cuestión de todas y todos, de un cambio a nivel social, un cambio en el que la vida privada y la vida pública vayan de la mano, hombres y mujeres, mujeres y hombres nos necesitamos mutuamente para evolucionar, para desarrollarnos como seres y personas únicas, no para complementarnos ni formar naranjas completas, sino para equilibrar la balanza y establecer el equilibrio.
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