Malas madres
Desde la perspectiva cultural, y esta me gusta más, la definición estaría vinculada con la crianza, con los cuidados necesarios para la supervivencia de los bebés, estableciéndose de esa manera un vínculo único e increíble entre la cría y su cuidador/a, el apego. Por lo que, en este caso, el título de madre puede dársele a cualquier mujer que cumpla con estas funciones.
También existen lo que vienen siendo definiciones "bonitas" de madre, tales como "persona que ve lo mejor de sus hijos incluso cuando la sacan de quicio", "el amor de una madre es paciente y perdona cuando todos los demás te abandonan, no falla ni flaquea, aún cuando su corazón está roto".
Y luego, están los estereotipos asociados a una madre, que son los que realmente nos hacen daño. Ser madre se asocia con ser perfecta, donde no existen imperfecciones, ni olvidos ni tiempo libre para nosotras. Desde el momento del embarazo, nos bombardean acerca de cómo debe ser el parto, la crianza, la lactancia, lo bonito y maravilloso que es la maternidad ... Y al final, todos estos estereotipos y creencias se van interiorizado, y, cuando no cumples con lo que la sociedad espera de una madre o cuando tú misma crees que no llegas a lo que se espera, aparecen los sentimientos y emociones negativas. Las dos palabras "mágicas" que llegas incluso a creerte... MALA MADRE...
Y todo esto te hace sentir mal, te hace pensar que eres mala madre, pero no... Nadie te ha explicado que la maternidad, a veces, no es bonita, que la maternidad cansa y que, a veces, tampoco se llega a todo. Que no puedes pretender ocuparte de trabajar fuera y dentro de casa, de estudiar, de estar pendiente de que tus hijos cumplan con sus obligaciones... ¿Acaso puedo comparar la labor de mi madre como madre con la de mi abuela? ¿Puedo yo compararme como madre con la mía? No, la respuesta es así de fácil y sencilla. La sociedad cambia (aunque a las mujeres nos siga exigiendo lo mismo), las mujeres ya no tienen dedicación exclusiva para trabajar dentro de sus casas, para el cuidado y dedicación única de sus hijos. Entonces no puedo comparar y esperar lo mismo de una madre de principios del siglo XX con una madre de este siglo. ¿Somos malas madres? Deberíamos escuchar más a nuestros hijos e hijas, realmente son ellos los que pueden responder a esta pregunta. Si le preguntas a mi hijo creo que debo sentirme orgullosa, pues el otro día me enteré de que le dijo a su maestra que tiene una madre muy buena (muero de amor...) o cuando me dice que soy la mejor madre del mundo y que tiene mucha suerte o cuando oyes a otras personas hablar de ti en términos como eres una mamá muy enrollada, si alguna vez soy madre quiero ser como tú o tus niños no van a olvidar nunca sus cumpleaños. Pues oye, ¡quizás no lo esté haciendo tan mal! Quizás el cambio debe empezar por nosotras y por sentirnos bien y disfrutar de cada momento que estamos con ellos. Debemos romper estereotipos y educar a nuestros hijos en igualdad, corresponsabilidad y parentalidad positiva.
"No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre" (J. Churchill)
Enjoy Life!
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