Memoria sensorial


Y, de repente, aparece un olor que te evoca un recuerdo. Y te das cuenta de lo maravillosa que es la mente humana, que, aún sin tener presente ese estímulo, puedes recordar un instante, un momento, una persona...

La mente es la actividad psíquica de un sujeto, es el conjunto de actividades cognitivas que engloba todos los procesos que tienen lugar en ella, tales como percepción, atención, memoria, pensamiento... Algunos de los cuales son característicos y exclusivos del ser humano. Todos y cada uno de ellos son excepcionales por las oportunidades que nos brindan, sin embargo, la memoria es ese proceso psicológico que nos ayuda a codificar, almacenar y recuperar información, algo indispensable para poder llevar una vida autónoma. Se suele hablar de dos tipos de memoria: 

- La memoria a corto plazo: memoria operativa o de trabajo, es limitada, y su función es retener información en la mente para manipularla y que puedan intervenir otros procesos cognitivos superiores (razonamiento, comprensión, resolución de problemas...).

- La memoria a largo plazo: almacena información de manera duradera, pudiendo ésta clasificarse como memoria implícita o procedimental (el modo de almacenamiento es inconsciente, automático) y memoria explícita o declarativa (se asocia con el acto consciente y, a su vez, se divide en memoria semántica o memoria episódica).

Ambos tipos de memoria, a corto y largo plazo, son comúnmente conocidas, sin embargo hay un tipo de memoria menos conocida pero igual de fascinante. Se trata de la memoria sensorial, es decir, aquella que sucede cuando el estímulo o la información nos llega a través de los sentidos, es una memoria muy breve, que rápidamente desaparece o pasa a pertenecer a la memoria a corto plazo. Por lo que podríamos considerarla la primera fase de lo que se considera formalmente como memoria. Una de las características de este tipo de memoria es que es hipofuncional, es decir, que existen interferencias cuando la atención no está bien focalizada o cuando no se está en estado de vigilia. Y se desactiva completamente bajo anestesia o en estado de coma. 

Siendo conocedores de la importancia de los sentidos a la hora de crear recuerdos de nuestras experiencias, debemos permitirnos el lujo de gozar de cada momento extrayendo la esencia del mismo a través de nuestros ojos, oídos, olfato, gusto y tacto. Pues en la medida que seamos capaces de lograr absorber cada estímulo estaremos en disposición de poder recordar de manera clara y vívida aquellas experiencias o sensaciones que nos hacen sentir bien. Como ejemplo de esto podemos poner:

  • El olor a tierra mojada que nos transmite la paz y tranquilidad del otoño, nos coloca casi al instante en nuestro sofá, con un buen libro, un buen café y una buena compañía.
  • El tacto de la arena, sueva y húmeda, te evoca a las mejores vacaciones de tu vida.
  • Un sabor te hace recordar las alegres tardes en casa de tus abuelos, donde no existían ni las prisas ni los problemas.
  • Los acordes de una canción te producen, inmediatamente, que tus emociones pasen a un segundo plano, siendo capaz de subirte el ánimo.
  • Y, si miras al horizonte, una simple puesta de sol, consigue que esboces una ligera sonrisa al venir a tu mente momentos en los que verdaderamente has sido feliz.
Si nuestra mente es tan maravillosa y disponemos de tantos recursos que están a nuestro alcance, ¿por qué no nos permitimos el lujo de cerrar los ojos y, simplemente, recordar? Haz el esfuerzo, relájate, cierra los ojos y sólo, solamente piensa en aquello que realmente te hizo feliz, te aseguro que tu mente hará el resto, pero para conseguirlo tienes que estar absolutamente concentrado y en calma. 

Crea recuerdos. Be happy and Enjoy Life.

Comentarios

  1. Muy buen artículo, gracias !

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    1. Puede usted contactame por mi WhatsApp +212650140466 ?
      Tengo algo interesante que decirle

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