Ser madre
Ser madre puede ser lo más bonito y aterrador a la vez. Una mamá empieza a serlo en el momento en el que sabe que está embarazada, que alberga una nueva vida en sus entrañas. Desde ese mismo instante todo cambia en ella, tanto si ese embarazo llega a término como si se queda a medio camino. Esa mujer jamás volverá a ser la misma, pues ha experimentado en su propia piel lo más maravilloso del mundo, dar tu vida por otra persona.
Cuando una mujer tiene a su bebé por primera vez en sus brazos, el mundo entero se para y todo lo que sabía hasta ese mismo instante se traduce en miedos y en dudas. Miedos y dudas que en lugar de desvanecerse con el paso de los días, se van transformando en otro tipo de interrogantes. Una mamá nunca sabe si lo está haciendo bien, si está haciendo lo correcto. Una mamá nunca descansa, siempre está alerta, en continuo movimiento, ya no solo físico, sino también mental. Intentando que todo a su alrededor funcione y nada se pare.
A veces cuando hablas con personas que aún no son madres o padres, tienes la sensación de que la maternidad (en mi caso) está sobrevalorada. Ser madre no es lo mejor del mundo. Me explico. Una mamá no decide ahora soy madre, ahora no. Ser mamá no es un trabajo a jornada completa en la que terminas tu turno y te vas a casa a descansar. Ser mamá significa dar lo mejor de ti 24 horas al día los 365 días al año. Ser mamá puede ser estresante, es ir todo el día corriendo de un lado a otro pensando que no llegas y teniendo la sensación de dejar las cosas a medias y no terminar nada. Ser mamá agota, puede ser extenuante escuchar a una personita, dos o tres todo el día detrás de ti demandando atención. Una mamá está disponible de día y de noche, a pesar de encontrarse mal, enferma o cansada, responde rápidamente a la llamada de su pequeñ@ cuando lo oye en la noche, si está enfermo o simplemente necesita sentir el calor y el olor de su madre. Una mamá no deja para luego nada que tenga que ver con la educación y el bienestar de su pequeñ@. Una mamá es la figura de referencia de su bebé, su primera amiga, su primera confidente, su enfermera... Una mamá sabe que le pasa a su hij@ sin que éste se lo diga. Ser mamá es tener la capacidad de entender el mundo sin que el mundo diga una palabra. Si... Ser mamá está sobrevalorado, pero... SER MAMÁ... COMPENSA... ¡compensa y mucho!
Ser mamá significa tener a una persona que te quiere y te acepta tal como eres, que no te cambiaría por nadie en el mundo y que es capaz de aliviar tus penas con tan solo una mirada, un gesto, un beso o un abrazo. Porque cuando tu hij@ te ve, te besa y te abraza... Ese momento, ese instante, no tiene precio. En ese mismo momento te bajas del mundo y todo a tu alrededor se para, y no quieres que ese minúsculo instante termine, darías todo porque esa sensación de paz y sosiego perdurara en el tiempo. Porque ser madre puede ser agotador pero es algo que no cambiarias ni por momentos de tranquilidad, porque ¿qué es la vida sin risas, alegrías y ruidos? ¿sin besos y abrazos desinteresados y sin motivo? Porque la VIDA (con mayúsculas), en definitiva, te la dan los hij@s. Por tanto, ENJOY LIFE!
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