Algunas madres...

Algunas madres... Las malas madres, aquellas que lo dan todo por sus hijos y, a pesar de ello, sienten remordimientos.

Aquellas madres que educan con el corazón, que les enseñan a sus hijos que nadie es mejor que nadie.

Aquellas madres que les enseñan a sus hijos el valor de formar equipo, de ser solidarios con los demás, de que el respeto hacia los otros pasa por respetarse primero a uno mismo.

Aquellas madres que fomentan la autoestima de sus hijos, que les enseña a pensar con la cabeza y con el corazón. Que el que algo quiere, algo le cuesta. No hay éxito sin sacrificio, pero estableciendo expectativas reales para evitar la frustración. Lo realmente importante no es el resultado, sino el proceso.

Aquellas madres que están en contra del adoctrinamiento. Aquellas madres que quieren hijos libres, libres pensadores. Y que para ello, les enseñan a vivir sin miedo pero siendo consecuentes con que cada acto tiene consecuencias y hay que asumirlas, no vale con esconderse detrás, a lo hecho pecho... Sin miedo y con dos... narices (para ser políticamente correcta... Aunque quien me conozca sabe la frase...). La Historia la escriben los valientes. No se pierde lo que no se tiene, se lucha por conseguirlo, y si no se consigue, se levanta uno y sigue. Aquellas madres que cuando sus hijos se caen, les alientan a levantarse, a no rendirse... Aquellas madres que no buscan excusas, que no crean niños burbujas... que quieren hijos independientes. Que creen en el valor de la resiliencia y dejan que sus hijos se equivoquen. Aquellas madres, que pueden no compartir las decisiones de sus hijos pero, aún así, les siguen apoyando.

Aquellas madres que inculcan valores a sus hijos, valores fuertes, inamovibles como la igualdad, la equidad, la inclusión, la perseverancia, la autodisciplina, el respeto, el trabajo en equipo, la solidaridad, la tolerancia, el afán de superación, el desarrollo personal y social, la cooperación, la responsabilidad...

Aquellas madres que no necesitan un altavoz para que se las oiga. Aquellas madres que gritan hasta la extenuación, que se quedan afónicas apoyando a sus hijos. Aquellas madres que se desviven por sus hijos, por su bienestar.  

Aquellas madres que buscan compartir momentos con sus hijos, aunque para ello tengan que sacrificar su vida laboral, sus estudios... Aquellas madres que, a pesar de todo esto, siguen creyendo que no llegan y que son malas madres...

Aquellas madres... Enjoy Life...

"Nunca dejes de creer en tí. Cuando creas que has perdido, no pierdas la oportunidad de aprender de la derrota. El éxito de mañana es la recompensa al sacrificio de hoy" 28🧡

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